La capital riojana es bien conocida por el ambiente nocturno y por su popular calle Laurel, pero visitar Logroño alcanza también a ofrecer contenido cultural, y puedes aprovechar la estancia para ver alguno de los pueblos de su alrededor, con lo que tendrás ocupación suficiente para un fin de semana.
Es un clásico un combinado con Pamplona, separadas por menos de 100 km, y son inevitables las comparaciones, aunque la relevancia histórica de una y otra ciudad son muy distintas. Si te interesa visitar la capital navarra, puedes revisar nuestro artículo sobre Qué ver y hacer en Pamplona.
Otra alternativa es llegar hasta Guipúzcoa para ver San Sebastián, y disfrutar del País Vasco.
Logroño creció como ciudad en una época más reciente, por lo que goza de un casco antiguo más moderno y podríamos decir que menos interesante, pero su vivaz y potente ambiente nocturno la convierten en un referente y en una visita casi obligada.
Sin olvidar su vino mundialmente conocido, la denominación de origen más internacional, y sinónimo de calidad.
¿Se puede ver Logroño en un día?
La respuesta es rotundamente sí. El casco antiguo de la ciudad es pequeño, y sus lugares de interés están todos cerca el uno del otro.
Puedes visitar todas las opciones culturales de Logroño en un día completo.
Pero ten en cuenta que si decides visitar una bodega te ocupará varias horas, por lo que tendrás que apretar la agenda para el resto de cosas, si pretendes ver Logroño en un día.
Si decides pasar dos o más días en Logroño, tienes opciones y alternativas para que tu viaje no sea aburrido: en los alrededores encontrarás hermosos pueblos y también ciudades importantes, como más adelante te contamos.
Y ahora sí, si quieres visitar Logroño, estas son algunas de las mejores cosas que ver y hacer para que tu visita te cunda.
Los Imprescindibles de Logroño
Ir de pinchos por Logroño, una de las mejores cosas que hacer
Empezamos fuerte, pero una obviedad casi necesaria es irse de pincho por Logroño. La imagen de cabecera es toda una declaración de intenciones.
La calle Laurel tiene una extendida y merecida fama, y es el lugar más animado. Se trata de una calle de poco más de 100 metros que concentra un buen número de restaurantes y lugares para comer, enfocados a la cultura del pincho. La zona incluye las calles Laurel, Travesía de Laurel, San Agustín y Albornoz, que conforman un rectángulo que se deforma misteriosamente a medida que avanza la noche.
Otra zona, que surgió como alternativa, es la calle San Juan. Sin tener la fama ni el ambiente de la primera, está bastante animada y en concepto se parece mucho. Es una buena idea ir alternando, para andar un poco, tomar el aire, e ir variando.
Además de las anteriores, algo menos conocida, está la calle Maria Teresa Gil de Garate, llamado pequeño Laurel (lo llamábamos el Laurel Pobre). Las tapas, raciones y pinchos son más baratos, los locales tienen mesas y sillas, y es más concurrido por los habitantes de Logroño. Es un buen lugar para calentar motores. En nuestra visita tomábamos relajadamente algo en este lugar antes de adentrarnos en el jaleo.
Sea cual sea la intención de tu viaje, no puedes irte de la ciudad sin hacer aquello por lo que es más popular Logroño: ir de pinchos. Sin duda, una de las mejores cosas que hacer.
Concatedral de Santa María de la Redonda
El acceso es gratuito, y puede visitarse en los siguientes horarios:
Concatedral de Santa María de la Redonda
Como que no podemos estar todo el día tomando y comiendo (o sí, pero no conviene), bajaremos un poco el ritmo y propondremos lugares culturales.
Así, el principal monumento religioso es una de las mejores cosas que ver en Logroño.
La encontrarás en pleno centro del casco histórico, al final (o al comienzo) de la popular calle Portales.
Inicialmente era de estilo románico, pero las sucesivas modificaciones y ampliaciones, confirieron al exterior un aspecto barroco. Lo único que queda del antiguo estilo románico es la nave central.
Destacan las dos torres de su fachada, construidas en el barroco, y destacan más por el contraste con la sobriedad y sencillez de la parte de los muros que conservan el estilo románico.
También es interesante visitar la puerta de acceso situada en la plaza del Mercado, con unos grabados en piedra que se han ido deteriorando por el paso de los años, pero dan al lugar un encanto especial.
En el interior llama la atención la primera capilla, dedicada a Nuestra Señora de la Paz, realizada en el siglo XVI, y en el que podrás observar un relieve de la resurrección que decora el lugar donde descansa un noble logroñés.
Iglesia de Santiago el Real
Se trata del edificio religioso más antiguo de la capital riojana, y ante ella transita el Camino de Santiago.
Si bien la cualidad de antiguo debe ponerse en cuarentena, porque el templo inicial fue destruido por un incendio en el año 1500, y el que podrás ver es consecuencia de ampliaciones, remodelaciones y construcciones posteriores.
Santiago el Real
Dice la leyenda, o la historia (confundidas a veces), que el santo a quién la iglesia debe el nombre predicaba en sus alrededores. De hecho, la escultura sobre la puerta de entrada se dedica a Santiago “matamoros”.
En su interior, el retablo mayor del siglo XVII contiene escenas de la vida del apóstol.
Su acceso es gratuito, y se puede visitar:
En su exterior encontrarás un curioso juego de la oca a nivel gigantesco.
Iglesia Imperial de Santa María de Palacio
Quizás exteriormente resulte menos llamativa que las dos anteriores, pero es algo que debes ver en tu visita a Logroño.
Sobretodo porque es la única que conserva el claustro, de planta irregular. Siento una adoración casi fetichista por los claustros, sus patios tranquilos y pausados, y me imagino paseando por allí en días de paz… si no fuera por el celibato y esas cosas.
Lo más llamativo desde el exterior es el cimborio, conocido como la Aguja, y que forma parte ineludible del paisaje de la ciudad, junto con las torres de la Concatedral de Santa María de la Redonda.
La Aguja es una impresionante torre de planta octogonal, que no obstante no es visible desde el interior, ya que fue cegada. Pero desde el exterior es realmente espléndida.
El acceso es gratuito, y el horario de apertura es:
Iglesia Imperial Santa Maria de Palacio
Iglesia de San Bartolomé
Algunos historiadores afirman que este es el templo más antiguo, y no la Iglesia de Santiago el Real.
Su exterior es en general poco vistoso, pero uno de los motivos por los que es una de las mejores cosas que ver en Logroño es su portada gótica del siglo XIV, con representaciones de 19 escenas de la vida de San Bartolomé.
El tímpano (parte sobre la puerta) es otra parte destacable, con un grabado que muestra al Cristo redentor.
San Bartolomé
De acceso gratuito, tiene el horario de visita más reducido:
Casa de las Ciencias
La sala de exposiciones Casa de las Ciencias se ubica en un edificio centenario en la ribera izquierda del río Ebro, enfrente del casco viejo de la ciudad. Está pintado en un vistoso color rojo, y su base es cuadrada, con una buscada simetría.
Contiene exposiciones, algunas temporales otras permanentes, cuya finalidad es la divulgación científica.
Su jardín exterior es una de las mejores visitas que puedes hacer con niños en Logroño, y es que en él encontrarás artilugios curiosos con los que puedes experimentar la transmisión del sonido, por ejemplo, la creación de torbellinos de agua, o un xilófono gigante cuyas barras son de granito.
Al igual que el anterior, está visto en poco más de una hora, sin contar el paseo de ida y vuelta ni el tiempo que quieras dedicarle al jardín, pero ayuda a pasar el tiempo entre vino y vino e incita al paseo.
Casa de las Ciencias
Una vez más, y es un gran qué en tu visita a Logroño, el acceso es libre, y el horario de apertura es:
Invierno
Verano
Murallas del Revellín
La llamada Muralla del Revellín es uno de los pocos restos que se conservan de la antigua construcción defensiva que circundaba Logroño.
Cubo del Revellin
Si paseas por la ribera derecha del Ebro, verás algún otro resto de muralla, alguno integrado en casas que se construyeron, pero la parte mejor conservada, y con diferencia es la Muralla del Revellín, donde destacan la Puerta del Camino y el Cubo.
La Puerta del Camino tiene en su parte superior el águila de dos cabezas emblema de Carlos I, y dos escudos de Logroño.
El Cubo es una construcción defensiva cilíndrica, con las troneras para los cañones defensivos aún conservadas. Puede visitarse, y en su interior hay un vídeo explicativo de la muralla, e información diversa. La entrada es gratuita, y el horario para visitas es de lo más fluctuante:
La conservación de estas dos secciones de la muralla deriva de la robustez de la construcción, pero también del planeamiento urbanístico de Logroño, que creció respetando ambos elementos.
Puerta del Camino
Una de las mejores cosas que ver: Visita una Bodega
Como no, la capital española del vino tinto merece un aparte y una visita a una de sus numerosas bodegas.
Algunas, como las Bodegas Franco-Españolas, están a 10 minutos a pié del casco antiguo. Una ventaja evidente para ahorrarte la preocupación de quién es el que se queda sin beber porque conduce.
Un poco más lejos, pero a una distancia que puede cubrirse andando, encontrarás las Bodegas Viña Ijalba.
Otras, como las Bodegas Marqués de Cáceres o la Bodega Rioja Vega, están a unos 15 minutos en coche, pero su renombre hace que uno se plantee verlas.
Además de las indicadas, encontrarás un montón, pero sea como sea, la visita de una bodega, es una de las mejores cosas que puedes ver y hacer en Logroño.
Otras cosas que hacer en Logroño
Parque del Ebro y Parque de la Ribera
Ya sea para relajarte esperando el paso de las horas leyendo un libro, o haciéndote el perezoso tumbado sobre la hierba, una de las mejores cosas que hacer en Logroño con esta finalidad, es hacerte tuyo el Parque del Ebro o el Parque de la Ribera.
Ambos situados en la ribera derecha del río Ebro, disponen de una generosa alfombra verde natural, sombras y espacios soleados, para que elijas y dejes transcurrir el tiempo como si se te escurriera entre los dedos.
Una parte de ambos parques está inundada cuando el caudal del río crece, por lo que el tamaño de uno y otro dependerá en buena medida de la época del año en que los visites.
El Parque del Ebro se encuentra muy cerca de la Iglesia de Santiago el Real, y a poca distancia de él, siguiendo la corriente (de puente a puente), encontrarás el Parque de la Ribera.
Museo de la Rioja
El pequeño museo se encuentra dentro de un bonito palacio barroco que pertenecía a la mujer de Espartero, y donde el general vivió los últimos años de su vida, lo que convirtió el lugar en una especie de núcleo político de alto vuelo.
Hoy el museo es de acceso libre, y muestra la historia de la Comunidad desde la Prehistoria hasta la actualidad.
Las diferentes etapas se separan por pisos: en la planta baja y sótano están las exposiciones temporales; la primera planta se dedica a la Prehistoria, el arte Prerromano y Romano; la segunda planta contiene arte de la Edad Media, el Renacimiento y el Barroco; y en la tercera encontrarás obras de los siglos XIX y XX, además de salas dedicadas a la etnografía, con elementos y herramientas propios de la agricultura, ganadería, etc.
Museo de La Rioja
Como museo es un lugar bastante simple, y está visto en 1 hora, pero teniendo en cuenta el coste (0€), y que la calle Laurel no se anima hasta la tarde, es algo lo bastante interesante como para dedicarle el tiempo y aprovechar un poco, desde una perspectiva cultural, tu visita a Logroño.
Descubre el Arte Urbano
Una de las cosas que más nos impresionaron, fueron la cantidad de murales que adornan las paredes de la ciudad.
No se trata de pintadas de mal gusto, sino de auténticos dibujos creados con estilo, y de arte urbano callejero.
Basta callejear para contemplar y admirar algunos de los grafitis estampados en los muros.
Salir de copas
Una cosa lleva a la otra, un pincho al siguiente, y las copas de vino a un estado de efervescencia, optimismo y felicidad, consecuencia de los cuales quizás te plantees alargar la noche un poco más.
El ambiente nocturno de la ciudad es vibrante, eléctrico. Encontrarás una incesante cantidad de bares de copas, pubs y discotecas en los alrededores de la calles Laurel y San Juan, en la Plaza del Mercado o la Calle Marqués de San Nicolás.
Las discotecas son de entrada libre, lo cual es algo a lo que muchos mortales no estamos acostumbrados, y es ideal para ir catando el ambiente, entrar, mirar y si no te gusta cambiar de lugar.
Aparcar en Logroño
Los logroñeses practican con esmero el noble arte de aparcar en doble fila para asuntos temporales, pero no es algo que el visitante deba imitar.
Alejados del centro es posible encontrar aparcamiento sin pagar.
La ciudad dispone de un aparcamiento gratuito en la zona del Revellín, pero los fines de semana no es fácil encontrar sitio.
Si optas por dejar el vehículo en uno de los aparcamientos de pago, debes saber que el precio máximo por día ronda los 12-15€, salvo en el aparcamiento del Espolón, que es de unos 22€, por lo que recomendamos evitarlo si quieres viajar barato.
¿Varios días en Logroño? Lugares alrededor
Algunos de los mejores pueblos riojanos para visitar, como ya recomendábamos en nuestro artículo ideas para viajar por España, son San Millán de la Cogolla, Briones, Sajazarra, Nájera, Arnedo, Casalarreina, San Vicente de la Sonsierra, Alfaro o Briñas.
Pero además, hoy pueblos navarros muy cercanos igualmente interesantes, como la preciosa Olite o Puente la Reina, lugar que prosperó y prospera aún gracias al Camino de Santiago.
O también Laguardia, perteneciente a Álava.
También están cerca capitales como Pamplona, Vitoria, Zaragoza, Burgos o Soria, por lo que otra opción para aprovechar el viaje es plantearse ver cualquiera de estas ciudades.
Dónde dormir en Logroño
El tamaño de la ciudad hace fácilmente extensible el alojamiento.
Conviene procurar que puedas llegar a pie en menos de 10 minutos al casco antiguo, porque tus visitas a esa zona serán frecuentes.
Pero de la misma manera no es aconsejable alojarse en medio del jolgorio, a menos que no tengas ningún interés en algo tan mundano como es dormir.
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