Dresde fascina, así sin más, y con ello podríamos dar la introducción por completada.
Pero ahondaremos un poco.
Además de su intensa actividad cultural, Dresde tiene un hermoso casco antiguo de aires grandiosos e imperiales, y goza del admirable esfuerzo de haber resurgido de sus cenizas, literalmente, varias veces. Ardió en 1685 y en 1756, y fue devastada en un vergonzoso e innecesario bombardeo de los aliados en 1945, cuando la II Guerra Mundial había prácticamente acabado.
Cierto es que el hecho de que quedara destruida prácticamente en su totalidad, le resta gracia a los vestigios históricos, porque no son los originales. Pero han sido restaurados con tal exactitud que uno olvida su consideración de reconstruidos. Y no nos referimos solo al espléndido Zwinger o a Frauenkirche, todo el Altstadt es mágico.
Te recomendamos encarecidamente visitar la ciudad, y aquí te hacemos una lista con los 15 Esenciales que ver en Dresde.
Como de costumbre, con este Free Tour conocerás más y mejor la mayoría de sitios de los que te hablaremos.
Mapa
Zwinger
Zwinger es un palacio de estilo barroco cuya construcción fue ordenada por Augusto el Fuerte, quien quería un escenario para fiestas multitudinarias.
El patio central está rodeado por galerías y edificios de decoración recargada. Entre sus principales elementos está la fuente Nymphendad o la Torre de la Corona, una puerta adornada con una reproducción de la corona polaca.
El acceso por las galerías y los jardines es libre y gratuito.
Así mismo, en el complejo hay hoy tres importantes museos, que sí son de pago. Del más relevante te hablamos acto seguido.
En el Zwinger también se celebran conciertos de música clásica en una atmósfera encantadora. Si son de tu agrado, puedes reservar la entrada.
Gemäldegalerie Alte Meister
El museo Alte Meister, al que se accede desde Zwinger, es una portentosa colección de pintores europeos de los siglos XVI y XVII.
En la colección hay hasta 750 pinturas de autores como Tiziano, Rembrand, Jan van Eyck, Rubens, el Greco, Velázquez, y un largo etcétera.
Sin duda, el Gemäldegalerie Alte Meister es, junto al museo del que te hablamos en el siguiente apartado, uno de los esenciales que ver en Dresde.
Residenzschloss
La antigua residencia real de Residenzschloss es hoy un museo de visita obligada.
Sabemos que no todo el mundo disfruta en un museo, y si eres de esos a los que al escuchar la palabra se le pone cara de chupar limones, puede que al llegar aquí digas: Residenzschloss, otro museo… pasamos al siguiente de la lista de esenciales que ver en Dresde.
Pero, ¡detente!
Sí, Residenzschloss es un museo, pero en él se exhiben un largo catálogo de objetos más que obras de arte, que despiertan la curiosidad de cualquiera.
Una extensa colección de piedras preciosas y objetos de metales preciosos, uno de los repertorios más grande del mundo de objetos otomanos (sillas de montar, jaimas y todo tipo de utensilios), también monedas y medallas históricas antiquísimas de naciones de todo el mundo, armas y armaduras usadas en justas y torneos…
Hay incluso armas de fuego: pistolas, arcabuces, etc., decorados con joyas y que fueron regalos o simplemente obtenidos para coleccionarlos. Incluso algunas cosas tan originales como armas cortantes con pistolas de una sola bala incorporadas.
La variedad es tan grande que es casi imposible no encontrar alguna cosa que atraiga tu curiosidad.
Es especialmente significativa la colección de objetos decorados con piedras preciosas. Tal es su importancia que en el año 2019 Residenzschloss sufrió un robo, y los objetos sustraídos se valoraron en, aproximadamente, 1 billón de euros.
Frauenkirche
En el corazón del Altstadt está Frauenkirche, una espectacular iglesia que es un símbolo de Dresde.
Si bien se derrumbó tras el bombardeo aliado de 1945, ha sido reconstruida manteniéndose fiel a su imagen y solemnidad originales. Para su reconstrucción, y con el afán de imitar lo perdido, se han utilizado buena parte de piedras y materiales rehabilitados, y de todo este esfuerzo destaca el altar, rehecho con más de 2.000 trozos recuperados.
Frauenkirche es de planta cuadrada, y tiene una impresionante cúpula de piedra que es la más grande al norte de los Alpes.
El interior de la cúpula y el mencionado altar son, probablemente, los dos elementos más destacados.
Desfile de los Príncipes o Füstenzug
Otras de las cosas esenciales que ver en Dresde y que no te puedes perder, que además se encuentra al aire libre y es gratuita, es el Füstenzug o Desfile de los Príncipes.
Por detrás de la catedral está Augustusstrasse, y decorándola el majestuoso mural, que es el mosaico de porcelana más grande del mundo.
En él se representan reyes, príncipes y prohombres de la casa regente de Sajonia, y fue creado para conmemorar sus 800 años de gobernanza de la región.
Hofkirche o Catedral de la Santísima Trinidad
El recinto religioso más importante de Dresde es Hofkirche, o Catedral de la Santísima Trinidad, que fue la réplica católica a la protestante Frauenkirche.
Se trata de un edificio vistoso, que capta la atención del viajero a medida que te acercas a la plaza cruzando el puente Augustusbrucke.
Al ser la catedral donde acudía el rey y la corte, se encuentra unido a Residenzschloss por un puente elevado, que les salvaba de tropezarse con la plebe.
En ella están enterrados monarcas de Sajonia, entre ellos una parte de Augusto el Fuerte: se dice que el corazón, porque el resto del cuerpo está en Cracovia. Oye, que cada uno se reparte como quiere.
Como curiosidad, a la izquierda de la entrada, una N indica el lugar desde donde partió Napoleón hacia la batalla de Dresde.
El interior de Hofkirche es bastante más austero, pero destacan el púlpito y los órganos.
Ópera Semper
La Ópera Semper se considera una de las joyas del mundo relacionada con arquitectura teatral. Se diseñó en estilo neobarroco, y tiene una de las acústicas más afamadas.
El interior está decorado con mármol de estuco.
Aunque fue destruido en la Segunda Guerra Mundial, una vez más, su reconstrucción se inspiró de forma meticulosa en su concepción original.
Si eres fan de la ópera o el teatro, o simplemente quieres estrenarte a lo grande, es una gran idea hacer coincidir tu viaje con alguna obra y disfrutar de la Ópera Semper en todo su esplendor, tanto desde el exterior como desde el interior. Con esta visita guiada la conocerás por dentro, y también sus curiosidades.
Ribera del río Elba
Otra de las cosas esenciales que hacer en Dresde, es pasear por la ribera del río Elba.
Es bien conocida y popular la terraza llamada Brühl, en un paseo agradable que permite alejarse del casco antiguo resiguiendo el Elba, a la vez que se tienen vistas fabulosas de la otra orilla, donde destaca el recinto ferial llamado Festplatz.
La Terraza Brühl termina en un pequeño parque adoquinado.
No te olvides de rehacer el camino a la inversa, o bien de irte girando de vez en cuando para contemplar la espectacularidad de los edificios a tu espalda (Hofkirche y demás). En esa orilla del río, conseguirás grandes fotos del Altstadt.
En verano, cuando baja menos agua, es habitual que la gente se siente sobre manteles disfrutando del atardecer y charlando en grupo.
Si visitas Dresde en pareja, este romántico crucero nocturno con cena puede ser un bonito detalle.
Parque Grosser
El Parque Grosser es el gran pulmón verde, un enorme espacio abierto con un repertorio de actividades al aire libre.
Dentro de él encontrarás un elegante palacete, el zoológico o el jardín botánico, pero también un minigolf, un tren para los más pequeños, o un lago, el Carolasee, donde se alquilan barcas. Y, como no, un biergarten para practicar el deporte nacional.
También hay una curiosa fábrica de Volkswagen. La curiosidad le viene de que las paredes son de cristal, y se puede ver el proceso de ensamblado de los vehículos. También puedes ver la fábrica con una visita guiada.
En la construcción inicial, en el 1676, el Parque Grosser se utilizó como jardín de caza para la realeza, hasta que fue incorporado como espacio abierto dos siglos después.
Kunsthofpassage
Tanta cosa antigua está bien, pero para romper un poco los esquemas nos podemos acercar a Kunsthofpassage, en el Neustadt, es decir, la parte más nueva de la ciudad, para contemplar otro de los esenciales que ver en Dresde.
Kunsthofpassage es un conjunto de cinco patios conectados y decorados de forma original por artistas de diferentes disciplinas.
Probablemente, los más llamativos son Hof der Elemente, que es un conjunto de tuberías por donde baja el agua de lluvia, y su fachada está pintada de azul, y Hof der Tiere, con unos monos que parecen jugar sobre una jirafa.
Todo el barrio se inspira en esta estética original y rompedora para brindar espacios encantadores.
Free Tour de la Segunda Guerra Mundial
Para conocer las vicisitudes de la ciudad durante la contienda, nada como este Free Tour de la Segunda Guerra Mundial.
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Palacio Japonés
El llamado Palacio Japonés es una construcción de estilo barroco, si bien ciertos detalles se inspiran en el país nipón, y de ahí el nombre.
Actualmente, contiene tres museos en un único edificio: el Museo de Etnología, el Museo de Prehistoria y el de Historia Natural.
El último, y en cuanto a museos, es el más recomendable para visitar con niños.
Albertinum
Sí, otro museo, pero es el último. Y este también merece la pena.
El Albertinum es un antiguo almacén de aire renacentista ubicado al final de la Terraza de Brühl y reconvertido en museo por orden de Alberto I de Sajonia.
Sus colecciones se centran en pintores y escultores posteriores al siglo XVIII, con obras de Rodin o Monet, entre otros.
Yenidze
Lo que parece una mezquita es en realidad una antigua fábrica de tabaco de origen turco, cuyo nombre era Yenidze.
El edificio contiene oficinas y un restaurante.
Poco más, salvo la originalidad de la arquitectura. El interés es meramente estético, aunque en la parte superior hay una terraza con una cervecería desde donde dispondrás de buenas vistas.
Castillo de Pillnitz
Algo alejado del centro, pero todavía dentro de Dresde, está el Castillo de Pillnitz, en el extremo sureste y a la orilla del río Elba.
El palacio, de estilo barroco, fue la residencia de verano favorita de los reyes de Sajonia.
En el interior se exhiben muebles (entre ellos el trono del rey) y otros objetos de la corte. Lo más interesante, a nuestro entender, es el Schlossmuseum, que cuenta como era la vida de los nobles y la realeza, así como la historia del castillo.
En el exterior, unos agradables jardines están salpicados de pabellones y curiosidades, como la góndola roja que usaba Augusto el Fuerte para desplazarse.
Se puede llegar al Castillo de Pillnitz con este crucero por el Elba.
Schloss Moritzburg
A las afueras, está el último de nuestros esenciales que ver en Dresde: Schloss Moritzburg.
Ojo, no porque sea el último es el menos recomendable, todo lo contrario, fue una de nuestras visitas más satisfactorias.
Se trata de un castillo romántico, simétrico, y de una belleza de postal, levantado sobre una isla artificial en medio de un lago.
Se utilizó como palacio de caza, y su interior da fe de ello, particularmente decorado con cornamentas de ciervos y paredes recubiertas de cuero dorado.
De una originalidad morbosa especial, está la Sala de las plumas, forrada con casi un millón de plumas de pavo real, faisán y gallina de guinea.
El exterior de Schloss Moritzburg, está rodeado de un extenso parque en parte cuidado, en parte de naturaleza asilvestrada. Si se dispone de tiempo es muy interesante darse un paseo hasta los lagos del norte y del este, donde algún edificio solitario se eleva en un singular contraste entre naturaleza y mano del hombre.
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