Apuntes e información general sobre el Templo del Cielo
El Templo del Cielo es otro lugar que debes visitar, y un remanso de paz y tranquilidad en la bulliciosa Pekín. Quizás es un lugar menos conocido que la Ciudad Prohibida, o la Plaza de Tiananmen, pero su belleza y su peculiaridades lo convierten en visita obligada. Si no te habías planteado visitarlo, espero convencerte de lo contrario en estas líneas, me lo agradecerás.
Cierto es que para acceder tocará hacer la cola de rigor y empujarse con el prójimo. Pero una vez dentro te encontrarás en un inmenso parque de más de 250 hectáreas. Todos tenemos en la cabeza la imagen mental de lo que es una hectárea, vamos. Yo mido mi piso en esas dimensiones, ¿tú no? Bueno, pues en ese tamaño te cabrían unos 28.000 pisos de 90 metros cuadrados, que es el doble de lo que mide el zulo donde tu y yo vivimos.
El tamaño importa, y así explicado sería como: “es la hostia de grande”.
En fin, con ello te quiero decir que una vez dentro no tendrás que empujarte con nadie si no quieres. Para ser sincero, y como ya hemos dicho en el artículo sobre el Palacio de Verano, visitamos ambos lugares un fin de semana, por lo que, quizás, esto influyó en la percepción de masificación.
Sea como sea, el acceso al parque es gratuito para los pequineses. Por ello, cuando entres, verás mucha gente corriendo, haciendo tai chi, kung fu, y sobretodo, jugando a las damas chinas.
Dentro del complejo podrás encontrar diversos edificios, como el Templo de la Oración por las Buenas Cosechas (que es el edificio propiamente llamado Templo del Cielo), el Altar Circular o la Bóveda Imperial del Cielo. Vale la pena prestar atención a su cuidada arquitectura y a la simbología de cada uno de los elementos que los componen.
En la época de los emperadores chinos el lugar no estaba abierto al público en general. Y era usado para realizar ofrendas y sacrificios al Cielo, rogando la obtención de buenas cosechas. Para ello practicaban un elaborado ritual que exigía que aquellos que iban a orar (el emperador y sus ministros) estuvieran 3 días en ayunas.
Cualquier pequeña desviación de la ceremonia era observada con detenimiento, puesto que podía ser un buen o mal presagio. No quiero ni imaginarme la cara de susto que se les debió quedar, cuando se incendió por culpa de un rayo a finales del siglo XIX.
Se considera Patrimonio de la Humanidad desde 1998.
Lo más interesante del Templo del Cielo al detalle
Salón de la Plegaria para las Buenas Cosechas o Templo del Cielo
Es el edificio más emblemático, y sin duda, también, el más bonito de ver en el Templo del cielo
Tiene forma circular y está construido sobre una base de mármol de tres niveles, también circular.
En la mitología china antigua, se consideraba que el Cielo era redondo, y la Tierra cuadrada. Por ello, todo lo referente al Cielo se construyó con forma circular, en contraste con las formas cuadradas de aquello relacionado con lo terrenal.
En tu visita comprobarás que el Templo del Cielo tiene tres tejados de tamaño menguante, que consiguen el efecto de simular una aproximación al Cielo.
Los pisos y los tejados son de color azul, y particularmente este último elemento es de un azul cielo intenso.
La construcción está completamente hecha de madera, y no tiene vigas ni clavos. Se sostiene gracias a 28 columnas de madera dispuestas de forma intencionada y simbólica en tres círculos concéntricos.
Las columnas tienen un significado doble. Por un lado simbolizan las 28 constelaciones del Cielo. Por otro, las 4 columnas situadas en el círculo interior, más pequeño, simbolizan las estaciones del año. Las siguientes 12 columnas representan los 12 meses del año. Y las últimas 12, del círculo exterior, representan las horas del día.
Aquí abro paréntesis y te explico que para los chinos antiguos el día tenía 12 horas, y me dirás…. ¿lo cualo? Y yo te diré, con aires de rata de biblioteca, que los chinos medían los días con una unidad de tiempo que equivale a un lapso de dos horas actuales. No las llamaban “horas” sino “holas”. Tst tst plas! Vale, ya te puedes ir y me puedes dejar solo con mis chistes malos.
Las columnas y el techo están pintados con colores vivos, en los que destaca la persistente presencia del dragón, animal que representaba al emperador.
El muro que rodea el Salón es semicircular en su parte superior y recto en su parte inferior. Lo mismo que el muro que rodea todo el recinto (incluidos el Altar Circular, la Bóveda Imperial del Cielo. etc.). Esto es así por la relación entre circunferencia-Cielo, cuadrado-Tierra.
Al lado del edificio principal hay un corredor donde se disponían las ofrendas. Es la parte trasera de un conjunto de 72 habitaciones, y contiene coloridos dibujos en su parte superior.
Al lado encontrarás el Salón Imperial del Cielo, donde se guardaban objetos sagrados que eran usados para las ceremonias.
Bóveda Imperial del Cielo
Siguiendo hacia el sur se llega a la Bóveda Imperial del Cielo, otro de los recintos que debes ver en el Templo del Cielo. Esta construcción tiene forma octogonal, y parece el hermano pequeño del Salón de la Plegaria para las Buenas Cosechas. Al igual que este último, no tiene vigas ni clavos. Su techo también es azul, si bien tiene un único nivel.
Está construido dentro de un patio circular. Y el techo está vívidamente decorado con el dibujo de un dragón jugando con una perla, y con otros 360 dragones más a su alrededor.
Hay dos salones anexos en los que, antiguamente, se veneraba a dioses varios como el dios del Sol, de la Luna, de la Lluvia, y otros.
Lo más curioso del lugar quizás sean los efectos del sonido. Y no me refiero a “dolby surround”, sino a la estudiada propagación del sonido en diversos puntos del recinto donde se sitúa la Bóveda Imperial del Cielo.
Te lo voy a contar, pero será difícil que puedas comprobarlo realmente, porque nunca estarás solo y nunca habrá el silencio necesario para que hagas la prueba por ti mismo. Por otro lado, bien podría ser una leyenda urbana o una mentira directamente. Pero a mi me la contaron, y como todas las leyendas, se transmiten por boca de los ingenuos.
La cuestión es que en el suelo, marcando un camino hasta la Bóveda Imperial del Cielo, hay unas grandes losas de piedra. Si te colocas en la primera inmediatamente después de las escaleras, y emites un sonido mirando al edificio, el eco se te devolverá una vez. Si lo haces en la segunda losa, el sonido será devuelto dos veces. Lo mismo desde la tercera losa, pero aquí el eco va a responderte tres veces.
De las losas número 4 a la 17 no sucede absolutamente nada salvo parecer idiota mientras vas hablando solo. Pero en la losa número 18 puedes dialogar con dos personas situadas, una en la esquina Noreste de la Sala Anexa del Este, y otra situada en la esquina Noroeste de la Sala Anexa del Oeste. Además los tres puntos conforman un triángulo equilátero de 36 metros de longitud cada lado.
No contentos con eso, el muro que circunda el lugar se llama Muro del Eco. Se dice (ya parece ser que es cierto), que si una persona se sitúa detrás de uno de los Salones Anexos, y otra se sitúa detrás del otro de los Salones, si una de ellas susurra una palabra, la otra podrá escucharla.
Todo esto es fascinante, pero yo no dejo de pensar en la canción “La Cueva del Eco” de Los Mojinos Escocíos. Si no la has escuchado, hazlo. De nada.
Altar Circular
El Altar Circular se encuentra al sur del Muro del Eco, y es otra hermosa construcción que debes ver en tu visita al Templo del Cielo. Está hecha de mármol blanco sobre terrazas de tres niveles. Era el lugar donde el emperador hacia las ofrendas al dios del Cielo y rogaba por un clima propicio.
También aquí se observa la dicotomía Cielo – círculo, Tierra – cuadrado.
De las tres terrazas, la más baja representa al hombre, la segunda la Tierra, y la última el Cielo.
Además, tiene especial relevancia el número 9, que es el número más alto y el relacionado con el emperador. Así, el número de escalones que separan las distintas terrazas y conducen a la parte superior del Altar son en tramos de 9, y el número total es múltiplo del mismo número.
El último nivel del Altar Circular está formado por un conjunto de piedras en forma de abanico, que hacen un total de 9 círculos formados por piezas de piedra en cantidad de múltiplos de 9.
También son múltiplo de 9 la cantidad de balaustradas y pilares alrededor de los 3 niveles de las terrazas.
Los chinos consideraban este lugar el centro del mundo, y de hecho, China, en chino, significa tierra o país del medio. Si veis cualquier mapa dibujado por chinos, ellos no sitúan América en el extremo más izquierdo y Japón en el extremo más a la derecha, como los mapas europeos. Ellos dibujan China en medio y los demás países y continentes están a su alrededor. De hecho, los mapas que nosotros hemos visto siempre están dibujados por europeos, y sitúan a este continente en el centro. Lo mismo, pero distinto.
Palacio de la Abstinencia
El Palacio de la Abstinencia palidece por la belleza de las demás construcciones. Pero si te apetece completar el circuito del ritual que seguía el emperador, puedes visitar este lugar en el Templo del Cielo.
Aquí el emperador practicaba la abstinencia durante los tres días anteriores a la celebración de las ceremonias. Está conformado por diversos edificios, con finalidades distintas.
Como curiosidad interesante te diré que el trono, los pinceles de tinta y otros enseres son originales
Deja tu comentario