Alemania es uno de esos paises injustamente olvidados para el turismo. Otras capitales europeas se llevan el gato al agua cuando uno piensa en viajar. Pero la verdad es que viajar a Alemania es algo que gusta, y si lo pruebas, repites.
No es solo su fabulosa cerveza y su nefasta cocina, pero el país, metódico y correcto todo él como un ingeniero con Asperger, tiene un amor al orden que hace la envidia del latino caótico.
La historia reciente te cortará el aliento, pero también resulta sobrecogedor y esperanzador que el país, como sociedad, haya aprendido y no se oculte de los errores, mostrándolos para aprender de ellos.
En definitiva, si eres de los que crees que Alemania tiene poco que ofrecer, dale una sola oportunidad, y no será tu último viaje allí.